Para esta entrada he utilizado varios textos procedentes de la red, que adjunto en pdf, además de los libros de Molina y Mairena “Mundo y formas del cante flamenco” y el de los hermanos Hurtado “la llave de la música flamenca”. A continuación hago un breve resumen de la información contenida en los mismos junto con apreciaciones personales mías. Las referencias bibliográficas señaladas proceden de estos documentos, donde podéis encontrarlas, por lo que evito incluir en esta entrada la relación de todas las obras citadas.
La Petenera es un cante con una enorme capacidad para fascinar, no sólo por sus características
musicales intrínsecas, sino también por el aura de misterio que ha envuelto las interpretaciones sobre su origen y por haber llegado a constituirse en
conceptualización de dolor desgarrante trascendiendo las interpretaciones particulares.
Etiqueta de un vino de Jerez con la imagen de La Petenera
Características de la petenera
La petenera es un cante con una estructura rítmica común a muchos otros palos flamencos, basado en un compás de los llamados “de amalgama”, “hemiolia” o
directamente “ritmo de petenera”, que consiste en un compás de 12 tiempos dividido en dos partes, de 6x8 y 3x4. La melodía es métrica y no realiza melismas
exceptuando la escala ascendente propia de las petenera flamenca larga sobre la letra “a”. Utiliza la cuarteta octosílaba (romance), repitiendo algún verso
o introduciendo expresiones como “madre de mi corazón” en forma de ripio.
Hay dos estilos fundamentales: la antigua y la moderna y esta a su vez diferenciada en corta (o chica) y larga (o grande). Se atribuye a Medina el Viejo la
definición de la petenera flamenca hacia 1880 (dos tipos de petenera corta y uno de petenera larga), modelo que mas tarde divulgaría Antonio Chacón y
que
cultivó igualmente la Niña de los Peines. Lo normal es que las peteneras cortas tengan 7 tercios, aunque Pepe de la Matrona las hace de 9 y 8 según repita
más o menos ciertas frases musicales. Sin embargo, en la petenera de la Niña de los Peines y de Chacón, se observa el uso de la quintilla y ritmo libre,
salvo a partir del 7º compás que se torna de amalgama: 6x8 y 3x4, teniendo 9 tercios.
Estébanez Calderón cita "ciertas coplillas a quienes los aficionados llaman "perteneras" y que son como seguidillas que van por el aire más vivo, pero la
voz penetrante de la cantaora dábanles una melancolía inexplicable". Paco Vallecillo dice que es un "cante de inacabable belleza, de entonación mayestática,
de matices inconfundiblemente litúrgicos. Cante de penar adolorido que sólo con la seguirilla puede alternar en este sentido emocional y patético, es éste
de La Petenera, escrito así en singular".
Las peteneras tienen mensajes sentenciosos de arrebatados amores, desamores y despechos, o aquellos otros textos que en alusión a La Petenera maldicen a su
persona, lamentando su proceder e inclusive a quien la trajo al mundo, o la hora en que nació...
Mal halla la Petenera
Y quién la trajo a la Tierra,
Que la Petenera es causa
De que los hombres se pierdan
...todas haciéndola culpable del sufrimiento de los hombres.
Mal halla la Petenera
Y quién la trajo a la Tierra,
Que la Petenera es causa
De que los hombres se pierdan
...todas haciéndola culpable del sufrimiento de los hombres.
Entierro de la petenera, según Michifús
Orígenes de la petenera
Demófilo reflejó en su conocida obra su criterio con relación al tema de su origen: "...convienen todos los cantadores en que son antiguaas y en que deben
su origen a una cantaora de flamenco llamada La Petenera, a quienes unos hacen natural de Málaga y otros de La Habana. ¿Pero qué significa este mote o apodo
de La Petenera, ya que no es nombre como el de Soledad, ni palabra que se encuentre tampoco en los diccionarios gitanos que conocemos?. He aquí una pregunta
que podemos contestar satisfactoriamente, a nuestro juicio merced a los autorizados informes del célebre cantaor Juanelo. Petenera o Patenera, nos dijo
éste, es igual a Paternera, esto es, natural de Paterna. Semejante afirmación es para nosotros digna de crédito: 1º, porque aunque algunos suponen que La
Petenera era de Málaga, otros aseguran que era de la provincia de Cádiz; 2º porque en esta provincia hay efectivamente un pueblo llamado Paterna de la
Rivera; 3º, porque la conversión de Paternera en Petenera es perfectamente explicable por razones eufónicas y muy creíble en una raza que convierte vidriera
en beriera; 4º, porque la formación de adjetivo es común y corriente; así vemos de Triana, trianera; y 5º y último, porque Juanelo, que es muy entendido en
cante flamenco y completamente veraz, no tenia interés en engañarnos acerca de la patria de La Petenera, a quién él mismo llegó a escuchar".
Monumento a La Petenera, en Paterna de la Ribera
La leyenda de La Petenera habría quedado reflejada en las coplas de este estilo, donde se refleja a esta figura como a unja mujer de fuerte personalidad y,
en cuestiones amorosas, como una sembradora de desgracias:
Quién te puso Petenera
no te supo poner nombre,
que debía haberte puesto
la perdición de los hombres.
no te supo poner nombre,
que debía haberte puesto
la perdición de los hombres.
Durante el siglo XX se hizo muy popular la creencia de que la petenera habría sido un cante creado por la mencionada cantaora de Paterna de la Rivera,
personaje de vida tormentosa que habría dado lugar, así mismo, a la adjudicación de letras alusivas a su funesta condición de “perdición de los hombres”.
Esta tesis, defendida por Mairena y Molina, y también por Blas Vega, aunque muy extendida entre artistas y aficionados, está actualmente descartada por los
estudiosos de la historia del flamenco.
Las peteneras antiguas, como por ejemplo las interpretadas por Rafael Romero, tienen una cadencia que inevitablemente nos sugiere su cercanía con ciertas
formas de cantar antiguo. Si se obvia la diferencia en el tempo en que se desarrolla el compás, la similitud entre la petenera y, por ejemplo, los romances
populares, es bastante evidente.
Rafael Romero: extracto
Joaquin Díaz y Nuevo Mester de Juglaría: extracto del romance del Conde Olinos
Jordi Savall y Hesperion XX: ensalada "el fuego", de Mateo Flecha el Viejo (s. XVII)
Fuentes antiguas de la petenera
Las peteneras están documentadas anteriormente a las seguiriyas y soleares, aproximadamente a principios del siglo XIX, por lo que a priori sería un estilo
anterior a la formación de posteriores cantes netamente flamencos. Aparecen junto a la Caña, al Polo y a la Serrana como cantes del repertorio de Silverio
Franconetti, además de Rondeñas y Malagueñas.
Existe una línea de opinión que establece una tesis judaica de su origen, remontándolo a un tiempo anterior al siglo XV, en que se expulsó a los judíos que,
parece ser, ya hacían la petenera. Según Hipólito Rossy y Ángel Álvarez Caballero, los judíos sefarditas que emigraron de la península tras la expulsión, y
que llegaron a los Balcanes, cantan peteneras de melodía popular como la nuestra y en español, luego tuvieron que conocerla antes de la expulsión de
1492.
Mujer de origen sefardí
Joaquín Díaz: A la una yo nazí
The Renaissance Players: la rosa enflorece
Siguiendo esta tesis, tendríamos que manejar el romance como vía de transmisión. Por ejemplo, escuchando el interpretado por José de los Reyes “El Negro” de
El Puerto de Santa María, aprendido de niño de su padre, un gitano de Paterna de Rivera, y conocido como “Romance de la Monja” en el que se pueden apreciar
claramente las características cadencias musicales de la petenera. Incluso algunos autores la relacionan con los esquemas melódicos del romance de
Gerineldo, “versión musical de Arcos de la Frontera ¿siglo XII?”. De esta forma, fuentes judaicas o folclóricas se confunden en el preámbulo proto o
preflamenco de la petenera flamenca.
Gerineldo con la Infanta
Joaquin Diaz: Romance de Gerineldo
José de los Reyes, El Negro de El Puerto
El Negro de El Puerto: Romance de la monja
Sin embargo, la tesis del origen hebreo ha sido fuertemente contestada. Las letras con referencias judías son escasas y con aspectos claramente modernos y
alejados del estilo judío antiguo. Más adecuado parece pensar que la música sefardí ha conservado patrones rítmicos y melódicos antiguos de la música
popular española, de la que habrían evolucionado posteriormente en la Península Ibérica determinados cantes que posteriormente estarían entre los que
sirvieron de matriz para los cantes flamencos, entre ellos la petenera.
Varios autores han rastreado el origen de la petenera a través de una línea evolutiva en la música culta, desde las cantigas de Alfonso X y las folías, con
la influencia del fandango, la zarabanda y la jácara,
Cantigas de Alfonso X
Gregorio Paniagua y Atrium Musicae: Cantiga de Santa María 166
Jordi Savall y Hesperion XX: recercada sobre la folia de Diego Ortiz
Jordi Savall y Hesperion XX: recercada sobre la zarabanda de Diego Ortiz
Christina Pluhar y L'Arpeggiatta: Jácaras
Jordi Savall y Hesperion XX: recercada sobre la romanesca de Diego Ortiz
Joaquín Díaz: Romanesca
La música culta se transmite al pueblo y este la reinterpreta de forma continua. Sin embargo, en el medio popular, la transmisión oral implica la
posibilidad de desviaciones pequeñas pero acumulativas, en función de la capacidad de recuerdo y reproducción de cada artista, y, sobre todo, la asimilación
con otros cantes semejantes en el repertorio del artista y el público. Parece más plausible que el aflamencamiento de la petenera se produzca a partir de
cantes ampliamente extendidos entre el pueblo, y también de canciones que hayan alcanzado una amplia popularidad, como el Paño Moruno en el siglo XVII o“El
Vito” en el siglo XVIII, que beben de las mismas fuentes que las clásicas relacionadas con los cantes flamencos.
Francisco de Goya: El Vito
Joaquín Díaz: El Paño Moruno murciano
Joaquín Díaz: El Vito
La petenera entre América y España
Para otros autores la petenera procede de la región de Guatemala y México llamada El Petén. Derivaría de un cantar triste y melancólico que los indios
solían entonar y que fue introducido en España por el puerto de Cádiz, aflamencándose en nuestro país al contactar con los cantaores andaluces. El nombre
Petenera procedería por tanto de “Petén”. El Petén es una región bastante amplia que comparte además de Guatemala, también Méjico, país donde se ha
documentado la primera referencia sobre las Peteneras a principios del siglo XIX, concretamente en una actuación en el Teatro Coliseo de Méjico en que la
petenera aparece como un baile.
Por tanto, la petenera sería un palo de ida y vuelta. Una de las tantas tonadas o canciones populares peninsulares viajó a América con los conquistadores y
una vez arraigada allí, concretamente en El Petén, entre Guatemala y Mexico, impregnada de las influencias nativas y dotada del nuevo nombre de Petenera, en
honor al lugar donde tuvo lugar esta transformación, regresa a España donde se aflamenca gradualmente en la época del café cantante y se incorpora a los
cantes flamencos como un palo más.
el resto de los grabados para la lotería huasteca, en http://unambihuo.info/?page_id=1503
En la región oriental de México, en la zona de la Huasteca, florecen los sones huastecos o huapangos. Un tipo de son, tocado en tonos menores, mas lento y
de contenido más melancólico, romántico y a veces trágico, es La Petenera mexicana, un ritmo de origen español, muy tradicional en México, cuyas coplas
tratan sobre temas marinos, mujeres, amores y desamores, la soledad..., muy en consonancia con la nuestra flamenca. De hecho, un tema central, y al parecer
muy relacionado con su origen, es el de la sirena, personaje femenino que causa con su seducción la perdición de los hombres. Se ha propuesto que la
composición mejicana estaría basada sobre canciones populares peninsulares, con probable influencia de canciones como el Paño Moruno y el punto de la
Habana
Joaquín Díaz: el Punto de la Habana
Los Folkloristas: son huasteco
Soledad Berrios: Luz de Luna
La siguiente versión de Christina Pluhar y l’Arpeggiatta ilustra un origen de la petenera relacionado con la música barroca de origen español desarrollada
en Ámérica.
Datos muy recientes, como los que podemos observar en la imagen superior, podrían, sin embargo, dar un vuelco a todo este grupo de hipótesis. Dertormein de Flamenquina propone que la auténtica grafía sería
"PETERENA", lo que, de confirmarse, obligaría a revisar las interpretaciones sobre la etimología del término y el origen del cante, abriendo nuevas
vías de investigación...
Mi opinión acerca del tema del origen de la petenera es que conviene evitar una interpretación evolutiva lineal, al igual que con
el flamenco en su conjunto, y pensar más en una progresión “rizomática”: múltiples fuentes, que entre sí se suceden, se solapan y se influyen
recíprocamente, creando ramas y derivaciones que igualmente se interrelacionan entre sí, aunque se puede definir un “vector de aflamencamiento” que va
progresivamente destilando aspectos formales hasta constituir la petenera actual como un cante netamente flamenco. Parece claro que hay un patrón rítmico y
melódico que resulta especialmente caro al pueblo español en su conjunto, de igual forma que la versificación en romance se aviene perfectamente con la
prosodia del castellano (resulta muchísimo más fácil aprenderse un romance de octosílabos, que un soneto con múltiples acabalgamientos, o la profusión de
piezas barrocas compuestas a base de versos de métrica impar). Probablemente, de una o varias de estas canciones populares se originan las peteneras
americanas, que al interpretarse y popularizarse en Cádiz dan lugar a una nueva base de evolución en suelo peninsular.
La petenera en la primera mitad del siglo xix
Parece demostrado históricamente que las peteneras eran cante y baile interpretados en los comienzos del siglo XIX en los teatros de Cádiz, y que “su
aflamencamiento se produce en esta ciudad.
Existen referencias aisladas acerca de toque, baile y cante por peteneras a ambos lados del Atlántico. A pesar de su escasez, demuestran que tanto en una
orilla como en otra se interpretaban, y en ocasiones se hacía referencia a su origen de ultramar.
La primera cita sobre las peteneras, según Molina y Espín (1996, IV:431), aparece en un programa de mano del Teatro Coliseo de Méjico capital, durante la
temporada 1803-1804. Igualmente, en 1808, otro programa del mismo local anuncia que se interpretará la bonita y conocida danza de La Petenera”. Aparece ahí
ese nombre, referido a un baile centroamericano y con el gentilicio propio de los habitantes de El Petén, puerto situado en el Yucatán, en Guatemala,
cercano a la frontera mexicana. Andrés del Castillo canta unas “boleras agitanadas a la guitarra; y concluirá con la Petenera de Veracruz, acompañándose con
la orquesta” (20 de agosto de 1834). Está claro que ya muy a principios del s. XIX en Centroamérica existía un baile, y consiguiente cante, denominado
petenera. Otra cosa es, como ya vimos, si era de sentido flamenco o no.
Recientemente se ha establecido que la primera referencia a la petenera a este lado del Atlántico aparece en El “Diario Mercantil” del 5 de Abril de 1827
(dos décadas antes de la conocida de Estébanez Calderón) dando noticia de que, en fiesta pública, en calle Compañía, 10, de Cádiz, Lázaro Quintana cantó la
Petenera Americana después de cantar las seguidillas de “Pedro Lacambra”, y otras seguidillas, éstas para acompañar el baile (volveré más adelante sobre la
relación con estas seguidillas). Por tanto, la primera referencia en España aparece en Cádiz y alude explícitamente a una petenera "americana".
Anuncio en el Diario Mercantil de 1827, dado a conocer en el blog "el afinador de noticias"
En 1847 se publica la citadísima “Asamblea General”, de Escenas andaluzas de Estébanez Calderón. Éste habla, en efecto, de ”coplillas a quienes los
aficionados llaman Peteneras” (perteneras). En el Diario de La Habana, del día 30 de octubre de 1844, se indica que en el Gran Teatro de Tacón se bailará
“la Petenera Gaditana, y la cantará al mismo tiempo en la escena acompañándose de guitarra el precitado Don Agustín Reyes que tantos aplausos ha arrancado
en este género de canciones en los teatros de Cádiz”.
Poco se puede deducir, en cambio, de hasta qué punto estas peteneras se asemejaban a las que conocemos, es decir, en qué momento comienza a producirse su
aflamencamiento.
"Un baile en Triana". Ilustración de Francisco Lameyer para las Escenas Andaluzas de Estébanez Calderón
La petenera en la segunda mitad del siglo xix
La petenera parece que tuvo su esplendor, en cuanto a difusión, hacia 1881, hasta el punto de denominarse a este año “el año de las peteneras”, tal debió de
ser su fama. Ese año publica Demófilo su Colección de cantes flamencos, donde comenta que las peteneras no se ponen de moda en Sevilla hasta 1879, aunque,
dice, son más antiguas, para defender el origen paternero gaditano, a través de la recreación de Dolores la Paternera, de este cante.
La fama de las peteneras se extendió por toda la geografía, y eran muy populares también en Almería (de forma que se ha llegado a proponer que su origen
podría estar en la almeriense Paterna del Río), y Levante, como puede comprobarse por los datos ofrecidos en esta página
Bailando peteneras en Torrevieja
De las formas populares más antiguas proceden las que posteriormente se han denominado peteneras antiguas, o la petenera corta o chica.
La petenera larga procede la construida por Medina el Viejo, José Rodríguez Concepción Medina (cantaor no gitano), que nació hacia 1860 del barrio de
Santiago de Jerez, y fue el primero que destacó cantándola. A fines del siglo XIX Medina el Viejo perfila y define la Petenera Flamenca, (que sacaría
enriqueciendo algunos tercios de la popular). Tenemos también la grabación de Elena Font, basada en esta forma de petenera.
Elena Font, a finales del XIX: petenera
Juan Breva, en 1910
El Niño Medina
El Niño Medina: petenera de Medina el Viejo
A finales del siglo XIX, El Mochuelo graba unas peteneras más ligeras, con acompañamiento de castañuelas.
Junto a estas formas de progresivo aflamencamiento, persistieron peteneras en forma de canción popular, como la grabada en esta ocasión por Joaquín
Díaz
Joaquín Díaz: peteneras antiguas
En este periodo también estuvo relacionada la petenera con las serranas. Las seguidillas citadas en el anuncio del Diario Mercantil de 1827, son, en
realidad, la liviana de Pedro Lacambra y, posiblemente, serranas las "seguidillas para acompañar el baile". Las peteneras se utilizaron probablemente
como remate de las serranas antes de que quedara fijada la costumbre de utilizar la seguiriya de cambio de María Borrico.
Sobre este tema, ver esta página: Romualdo Molina propone la hipótesis de que Lázaro Quintana,
(algo mayor que el Fillo, del que era amigo, y por tanto coetáneo de El Planeta) prestigioso cantaor que frecuentaba los teatros de Cádiz y del cuál se
indicó que era un gran seguiriyero y creador de seguiriyas, no lo fuera en realidad de las seguiriyas gitanas o "seguidillas de sentimiento" según la
nomenclatura de Silverio, derivadas de la invención de Frasco el Colorao, sino más bien que fuera responsable del aflamencamiento de las livianas y todo el
palo de las "seguidillas serranas". Dado que parece establecido que serranas y peteneras coexistían en un momento anterior a la aparición de las seguiriyas
y soleares, sería razonable que estuviera más o menos extendido el hábito de rematar las serranas por peteneras.
Pepe Pinto: serrana y petenera
Además, en los tiempos de Silverio Franconetti -con el maestro a la cabeza- se estiló un cante bravío, cruce de soleá y petenera, que nos ha llegado muy
desdibujado.
Pepe el de la Matrona: soleá petenera
Flores el Gaditano entrega unas soleares que abrocha con una soleá-petenera made in Flores. Al contar ambos estilos con un compás de doce tiempos no
resulta excesivamente complicado aplicar el aire de soleá a la melodía de petenera, como queda aquí demostrado.
Flores el Gaditano: soleares y soleá petenera
Salirse por peteneras
El dicho "salir por peteneras" significa hacer o decir algo inoportuno, alejado del objeto de la conversación o simplemente de lo esperado, y con
frecuencia se emplea para indicar que se ha hecho con la intención de distraer de la falta de razón o calidad. El DRAE incluye esta expresión en su
edición de 1927, aunque la palabra petenera ya estaba recogida en la de 1899. Para entender su significado es preciso tener en cuenta las características
de las primeras peteneras, las peteneras antiguas y las peteneras cortas, como las grabadas por el Mochuelo, y que en 1881 Demófilo había definido
por"...el hecho de cantarse por lo común la petenera tan pícaramente, que más parece un punto de La Habana que un cante gitano" Si uno se sale o arranca
por peteneras es como decir que se pone a cantar alegremente para no seguir la conversación o escabullirse de algo serio.
La petenera en la primera mitad del siglo xx
La petenera siguió cultivándose a principios del s. XX, como demuestra la abundancia de grabaciones y referencias que sitúan como intérpretes de la misma a
numerosísimos artistas: Juana Ruca, “La Antigua”, Trini la Parrala, Fernando el Herrero, la Peñaranda, Juan Breva, Niño Medina, Telesforo del Campo (la más
antigua, tipo zarzuela), Paca Aguilera, El Canario Chico, Rafael Jáimez, el Mochuelo, la Rubia de Málaga, el Niño de Triana, Antonio Chacón, Escacena,
Manuel Torre, Niña de los Peines, Pepe Marchena...
Ricardo Molina y Antonio Mairena (1979:316-319) definen una “época de auge” (de 1915 a 1935), gracias a las grabaciones, a García Lorca y a los músicos
cultos como Turina y Falla.
Joaquín Turina
Turina, Danzas Andaluzas: petenera
Federico García Lorca
Fedrico García Lorca: Gráfico de La Petenera
¡Ay, petenera gitana!
¡Yayay petenera!
Tu entierro no tuvo niñas
buenas.
Niñas que le dan a Cristo muerto
sus guedejas,
y llevan blancas mantillas
en las ferias.
Tu entierro fue de gente
siniestra.
Gente con el corazón
en la cabeza,
que te siguió llorando
por las callejas.
¡Ay, petenera gitana!
¡Yayay petenera!
Federico García Lorca, recitado por Rafael Alberti: Muerte de la Petenera
El estilo de petenera de Medina el Viejo lo perfecciona su nieto el Niño Medina, considerada ya petenera grande, de donde Chacón (según Blas Vega) sacaría
la suya y luego la Niña de los Peines. Por lo tanto D. Antonio Chacón tomó la Petenera grande de Medina y la enriqueció melódicamente, aportando su propia
personalidad.
Chacón no grabó su petenera larga, de la que tenemos la grabación de Enrique Morente
Don Antonio Chacón
Enrique Morente: petenera de Chacón
El Niño Medina transmitió la Petenera de su abuelo a otros artistas aparte de Chacón: a Pepe el de la Matrona y Arturo Pavón, que se la enseñaría a su
hermana Pastora. A partir de ahí, Pastora Pavón dotaría a la Petenera de Medina de su propio estilo, redondeando el cante y popularizándola, convirtiéndose
en la variante más interpretada.
Pepe el de la Matrona
Pepe el de la Matrona: peteneras cortas y petenera grande Medina el Viejo
Fosforito: Petenera de Medina
Pastora María Pavón, la Niña de los Peines (Sevilla 1.880-1.969), la relanzó en los años veinte, convirtiéndose en la máxima difusora y redefinidota de este
cante. Al parecer, el conocimiento y la posterior identificación del estilo le viene del cantaor Medina El Viejo, que ya ilustrara con su versión al propio
Don Antonio Chacón y a una pléyade de jóvenes cantaores que se reunían en el Pasaje del Duque sevillano, entre los que se contaban Rafael Pareja, Fernando
"El Herrero", Pepe el de la Matrona y Arturo Pavón, hermano de la Niña, a la que le transmitiría ciertos conocimientos de aquella interpretación del Viejo.
La de los Peines se cruzó con un estilo que se amoldaba a su temperamento y comenzó a difundirla junto al Niño de Medina y Escacena, configurando la versión
que hoy conocemos como "petenera larga".
Pastora Pavón
Peteneras de la Niña de los Peines
Ni aun durmiendo puedo tener
Quisiera yo renegar
Soy como aquel fiel peregrino
Ya no son las mismas flores
La petenera en la segunda mitad del siglo xx
En la posguerra, se mantuvo en los años 50 con cierto vigor, gracias a cantaores que la hacían y defendían en el tablao “Zambra” y otros escenarios, como
Varea, Pericón, Rafael Romero, El Culata, Jarrito, y luego los más jóvenes Miguel Vargas, Morente y Menese.
Rafael Romero, "El Gallina"
Rafael Romero: ven acá, remediaora
Rafael Romero: soy como fiel peregrino
Sin duda, Rafael Romero ha sido uno de los más importantes intérpretes de la petenera en sus diferentes formas. En el siguiente vídeo demuestra lo que se
puede hacer con las peteneras cortas, que se han considerado un cante menor que ya sólo se utiliza como preparación para la petenera larga. A su lado,
exquisito, Perico el del Lunar. Entre los dos parecen cincelar el tiempo y el silencio con esta petenera.
Pericón de Cádiz
Juan Varea
Ya en la etapa de los festivales y el mairenismo de los años 60-70 del pasado siglo la petenera se hizo muy poco, por influencia de Mairena, que no la grabó
(por supersticioso), aunque los de su escuela sí la han hecho prácticamente todos con una solvencia y jondura incuestionables: Malena, Menese, Diego Clavel,
Miguel Vargas, Marcelo Sousa, etc. Carmen Linares, Fosforito o Enrique Morente han sido y son también excelentes maestros de la misma.
Curro Malena
José Menese
Miguel Vargas
A finales del s. XX hay muchas grabaciones, aunque poco en festivales y recitales en directo. Importante es el papel del Festival y Concurso de Paterna de
Rivera (Cádiz), que se convoca anualmente, tanto para dar premios de cante como de investigación. Han grabado y / o interpretado en público peteneras
muchísimos artistas, ya citados algunos: Rafael Romero el Gallina (que es uno de sus máximos exponentes), Pepita Caballero, Sernita de Jerez, Fosforito,
Perlita de Huelva (en su Misa Flamenca, la letra “Siempre fuiste perseguido...”), Naranjito (de quien decía A. Mairena que las suyas no tenían mal fario),
Camarón (reivindicando la cuna gaditana), Juan Varea, José Bayón (ganador en el concurso de Paterna en 1983), José Sorroche (la de Almería), Cristóbal
Muñoz, Rafael López Pérez, Niña de la Puebla, Charo López, Trinidad Bracamonte, Alfredo Arrebola (con alguna versión malagueña muy personal), Enrique
Morente, La Calandria, Mayte Martín en su disco Querencia, Ana Real, Mercedes Ruiz, etc. en los archivos sonoros del Centro Andaluz de Flamenco de Jerez se
encuentran más de ciento setenta peteneras correspondientes a las voces de más de sesenta artistas diferentes.
Fosforito
Pepita Caballero
La Sallago
Rosario López
Naranjito de Triana
Naranjito de Triana
Curro Lucena
Camarón de La Isla
José Parrondo
Rocío Márquez
Mayte Martín
La superstición de la petenera
Desde muy temprano, la petenera se ha visto rodeada de un halo de superstición en base a creencias que se vieron potenciadas por hechos anecdóticos. Aunque
la idea de “mal fario” de la petenera está muy extendida en el ámbito gitano a nivel popular, hasta el punto de que muchos evitan incluso escucharla, entre
los artistas se encuentran las posiciones contrarias tanto entre payos como entre gitanos.
No está claro el origen de esta superstición. Algunos autores han propuesto que puede tener que ver con el hipotético origen judío y la actitud negativa de
los españoles hacia lo hebraico. Pero dado que es poco compatible esta tesis sobre su origen y la gran popularidad que tuvieron en el siglo XIX, el origen
de la superstición debe estar en otra parte.
Ateniéndonos al posible origen americano, y la identificación en dicho lugar de la petenera con la sirena que causa la perdición de los hombres, es posible
que esta concepción fermentara en la península con la asimilación de dicha característica a la legendaria cantaora originaria de Paterna de la Ribera. Si
tenemos en cuenta que la palabra “petenera” designa tanto a la persona (sea la sirena o la supuesta cantaora andaluza) capaz de causar la perdición a los
que se relacionan con ella, como al cante, éste adquiere una fuerte capacidad simbólica, por lo que la cualidad funesta del personaje pasa al cante que lo
representa. Pero, además, la fuerza simbólica de la petenera se debe a su adhesión a uno de los arquetipos más antiguos y nucleares de la cultura
occidental: la Petenera es el trasunto de la sirena, como ésta lo es de la Lilith sumerio-judaica y sus derivaciones, la no sometida al varón, la robadora
de esperma, la asesina de hombres, en definitiva, la diosa demonizada. Sobre la figura de Lilith, ver, por ejemplo, http://es.wikipedia.org/wiki/Lilit, y las páginas incluidas en el pdf adjunto al final de esta entrada.. Sobre
el mito de la Sirena, interesante esta página: http://saludyromanico.blogspot.com/2009/05/metamorfosis-de-un-concepto.ht
ml
John Williams Waterhouse: Ulises y las Sirenas
Los sucesos anecdóticos que algunos han considerado demostración de sus funestas características, muy probablemente han actuado sobre un terreno propicio
previamente extendido. Así, por ejemplo, la conocida relación entre la popularidad de la petenera y la hambruna del “año de las peteneras” (1881), y el
suceso del fallecimiento de la joven bailaora aragonesa Mari Paz, tras representar a la Petenera fallecida sacada a hombros en la escena “Gloria a la
Petenera” del espectáculo “Cabalgata”, de León y Quiroga, representada en la temporada 1945-46, y suspendida al disolverse la compañía por no querer ningún
artista sustituir a la bailaora.
Mari Paz: Gloria a la petenera
Aunque la idea de “mal fario” está muy extendida entre los gitanos, la petenera ha sido interpretada por muchos cantaores “calés”, y de hecho, la mayor
difusora es la gitanísima Pastora Pavón. También la grabó Manuel Torre, considerado por muchos “tronco” del cante gitano actual, y posteriormente otros
artistas gitanos como Sernita de Jerez y Rafael Romero “El Gallina”, considerado un gran especialista.
Manuel Torre
Manuel Torre, peteneras
Ni en durmiendo puedo tener
Yo no creo ni en mi mare
Por el contrario, también entre muchos payos ha cundido la superstición sobre la petenera, de forma que no la han cantado, por ejemplo, Pepe Marchena o
Juanito Valderrama, aunque la hayan grabado en una ocasión.
La autoridad de Antonio Mairena contribuyó de forma importante a la difusión de la atribución de “mal fario” a la petenera, que, sin embargo, ha sido
interpretada con gran afición por los artistas de la escuela “mairenista”, como Curro Malena, Diego Clavel y José Menese.
"La Petenera es la perdición de los hombres". Habida cuenta que Dertormein (en lo sucesivo, al parecer, Dertormeyn) ha decidido que la forma correcta es
"PETENERA", vuelven a ser válidas las hipótesis sobre el origen de este cante basadas en la etimología del término.
Versiones no flamencas de la petenera
La fascinación por la petenera ha llevado a que sea recreada e interpretada, de forma más o menos afín o derivada de la versión flamenca o de las versiones
previas popularizadas en el s. XIX, por compositores y artistas ajenos al mundo del cante jondo.
Narciso Yepes: petenera para guitarra de Regino Sainz de la Maza
Amalia Rodrigues, reina del fado
Pilar Marchena hace los cantes flamencos con escrupulosa pureza, pero aplicando la técnica vocal de una soprano
En clave de jazz, con el saxo de Pedro Iturralde
Los Planetas
Pero además, la petenera se ha convertido, en virtud de las características señaladas anteriormente, en un cante con fuerte contenido simbólico, del que
carecen otros palos más intensos y jondos, como la seguiriya o las tonás. Por ello, la petenera ha adquirido la capacidad de representar de forma inmediata
un conjunto de emociones relacionadas con el dolor, la muerte, el desgarro. Esto ha llevado a su utilización, por ejemplo, para el cante de poemas
especialmente significativos en este sentido, como los de Miguel Hernández, poeta intensamente querido entre las clases populares, sobre todo por su
capacidad para transmitir el desgarro por la pérdida del amigo, el hijo, la libertad, la vida.
Miguel Hernández
Enrique Morente: Andaluces de Jaén
Manuel Gerena: el niño yuntero
Más aún, la petenera ya sólo como concepto, con muy poco o absolutamente nada de su componente musical, se ha utilizado como símbolo explícito de una
emoción o la personificación del dolor.
Vicente Pradal. Llanto por la muerte de Ignacio Sánchez Mejías, de García Lorca: la piedra (petenera)
En esta canción del grupo de rock Marea, de la petenera ya sólo queda el concepto, como sinónimo de lamento por la más atroz de las pérdidas
Para terminar, una petenera para el futuro: la jovencísima Ana Mochón con Antonio de la Luz
A continuación, un documento pdf con material anexo extraído de la red y diversas fuentes ampliando aspectos del cante, su historia, sus significados…
anexos
Dado que a lo largo del proceso de elaboración de esta entrada he introducido múltiples cambios, es posible que encontréis errores, enlaces no operativos, etc. Espero vuestra revisión con las indicaciones para corregir lo que sea menester.
Genial, no lo he leido completo, pero lo he estado curioseando y me parece fantástico para aprender sobre el tema...Hasta los planetas! (soy gran seguidora de ellos)...
ResponderEliminarHe estado este fin de semana en un curso de iniciación al flamenco (teórico) pero con mayte martín como Maestra. Soy absoluta novata pero con muchas ganas y curiosidad por aprender.
Un saludo y enhorabuena por el trabajo
Muchas gracias por tus palabras y nos alegra que te parezca interesante el blog. Cualquier observación o sugerencia que se te ocurra, no dudes en hacérnoslo saber porque la principal intención de este blog, es que sea un instrumento útil para lo que desean iniciarse en el flamenco.
ResponderEliminarUn saludo muy cordial y a tu disposición.
Me parece ámplia la labor de recopilación que has hecho, pero por favor contrasta las fuentes, que muchas son hipótesis indocumentadas (Por ejemplo, la Huasteca no está en la parte Occidental de México, ese error lo cometió Castro Buendía y veo que se sigue propagando). Con esto ayudaremos a no propagar estudios erróneos por el bien del flamenco, y ayudamos a la gente que se inicia a tener un conocimiento más correcto del mismo.
ResponderEliminarAdemás deberías citar las referencias de dónde obtienes la información, es lo mínimo que se hace en estos casos.
Muchas gracias por tu corrección respecto a la geografía de la Huasteca, que ya he arreglado. Para más información, podéis ver, por ejemplo, en la Wikipedia: http://es.wikipedia.org/wiki/Región_Huasteca#M.C3.BAsica_Huasteca
EliminarEn cuanto a las referencias tienes toda la razón: no es que sea lo mínimo, es que es obligado. Por eso ponía en el primer párrafo, bajo el vídeo inicial, los libros consultados junto con una serie de documentos extraídos de la red, que además adjuntaba al final de la entrada, donde pone "anexos". Es un enlace a un pdf de 136 páginas construido con estos documentos, referenciados y con sus correspondientes citas, como habrás comprobado (Ahí encontraremos esa imperdonable errata que yo mismo he transmitido). Decidí hacerlo así para no hacer más farragoso el texto de esta entrada, que ya se indica que no pretende otra cosa que ser un breve resumen de lo consultado, evitando el continuo entrecomillado y la desviación de las citas.
Te agradezco mucho tus apreciaciones y correcciones, Anónimo, y espero poder seguir contando contigo para la revisión no sólo de las entradas futuras, sino también de las ya publicadas. Los que estamos aquí no somos eruditos flamencólogos, sino aficionados en continuo proceso de aprendizaje, deseosos de compartir lo que vamos encontrando y aprender lo que los demás nos vayan aportando. Por todo ello nos encantaría contar con la colaboración de todos los lectores posibles, para que entre todos podamos dejar aquí un material correcto, bien presentado y lo más útil posible.
Un saludo muy flamenco, Anónimo.
Teo Garrancho
Hola Anónimo. Hablar de la Huasteca como región occidental de México no es una hipótesis indocumentada, es simplemente un error de documentación debido a la fuente que en su tiempo manejé para su estudio, tal y como indico en la nota a pie de página de mi trabajo sobre la petenera (http://paternapetenera.blogspot.com.es/2008_09_01_archive.html), donde debía encontrarse región oriental. En su tiempo no caí en el error. Por otro lado tampoco creo que sea tan grave, pues cualquiera que se preocupe por saber donde está la región Huasteca resolverá rápido este problema. Tampoco eso supone propagar estudios erróneos sobre el flamenco. Si has leído mi estudio entenderás de lo que te hablo. Todos los trabajos pueden contener errores o inexactitudes. Otra cosa es propagar inventos sin mostrar pruebas, a lo que hemos estado acostumbrados en el flamenco desde hace mucho tiempo ¿verdad? Creo que es muy diferente... de paso ya podrías poner tu nombre.
EliminarHola Teo, me parece un gran trabajo el que haces, pero lo suyo sería, tal y como dice Anónimo, poner en los párrafos las fuentes de donde extraes la información. No basta con indicar un anexo. Sobre todo porque hay párrafos completos copiados literalmente, como es mi caso. Otra cosa sería que tú mismo hubieras redactado todo el contenido a partir de trabajos o investigaciones de otros, lo que hubiera sido más pertinente. Dices que haces un resumen e introduces impresiones tuyas, pero la realidad es otra, al menos en cuanto al material utilizado de fuentes mías. Y no está claro qué es tuyo y de otros en el texto. Lo suyo es citar al fina de párrafo de dónde sacas los textos.
Un saludo flamenco.
Impresionante trabajo recopilatorio, realmente enciclopédico. Se agradece enormemente y se te anima a que continúes con tan encomiable labor. Un cordial saludo.
ResponderEliminarMuchas gracias, y aprovecho para volver a decir que en realidad, nosotros no somos expertos en la cosa, que esperamos y agradeceremos toda la colaboración que nos aportéis, añadiendo, corrigiendo, ampliando, tirándonos de las orejas si procede, etc, para entre todos contstruir aquí algo que resulte útil para todo el que se acerque a aprender. No dejéis de acudir a sitios fundamentales, como flamencópolis o triste y azul. Seguiremos trabajando, sobre todo, en mejorar lo que ya está hecho. Un abrazo
ResponderEliminarAcabo de descubrir tu blog, lo que voy viendo me parece un trabajo impresionante y muy extraordinario...seguiremos admirando, por supuesto.
ResponderEliminar¡Enhorabuena!.
Saludos dede Gines.
Mari Carmen.
Muchísimas gracias, Mari Carmen, nos alegra que te gusten los contenidos del blog y tanto mejor si te sirven para mejor entender la grandeza de el flamenco. A tu disposición y recibe un saludo muy cordial.
ResponderEliminarP.D.- Perdona mi atrevimiento pero me pica la curiosidad de saber, y lo digo por tu segundo apellido, si eres descendiente del gran Silverio Franconetti. Supongo que si, sobre todo, viviendo en ese delicioso pueblo del Aljarafe.
¡Fantástica esta entrada, muchas gracias! solo echo en falta un poco más de la historia de la petenera en México, porque la figura está presente en diversas formas en la música huasteca. Pero no solo allí, también hay sones de Tixtla (Guerrero), del istmo y jarochos en los que la petenera es protagonista. Sé que es un trabajo este esencialmente de flamenco, pero creo que podrían encontrarse datos interesantes del origen y variantes haciendo revisión de estas otras peteneras. Gracias!
ResponderEliminarMuchas gracias, Julia, por tu sugerencia. Estoy de acuerdo en que el desarrollo de la petenera en Méjico merece un estudio amplio. Quizá extenderlo aquí resultaría desproporcionado para la estructura y la orientación general de la entrada, pero me parecería perfecto construir una entrada específicamente sobre el tema, que sirva de complemento y ampliación para ésta. Es obvio que tú tienes mejor información que nosotros al respecto, por lo que me atrevo a pedir tu colaboración para dicho proyecto. Tómate la libertad, si gustas, de desarrollar en estos comentarios lo que quieras sobre el tema, pero si te animas a colaborar en la creación de una entrada, contacta con nosotros: garranchon@gmail.com y hqquiles@gmail.com.
ResponderEliminarLuis.Cadiz.
ResponderEliminarNo citas para nada a un cantaor nacido en Paterna de Rivera que las hacía de maravilla.No sé si será por desconocimiento -cosa que dudo, dado lo extenso de tu conocimiento flamenco que demuestras en lo escrito- o bien por que no lo consideras trascendente dentro del mundo de la petenera. Me refiero a El Perro de Paterna (Antonio Pérez Mariscal), cantaor de referencia, reconocido y admirado por muchos de los que disfrutamos de este cante.Su voz portentosa y su dominio de la técnica del cante por peteneras, erecería ser citado en tu tan fenomenal estudio de este palo.
Hola Luis, muchas gracias por tu comentario. Pues te aseguro que ha sido por desconocimiento. Si bien es cierto que aquí hemos metido horas de interesarnos e informarnos, no podemos considerarnos ni mucho menos eruditos de lo flamenco, sino simples aficionados a los que nos gusta rastrear, rebuscar información por aquí y por allá, armarnos nuestra propia forma de intentar entender lo que sentimos y aportar lo que tenemos a los que están empezando. Entiende que es por pura ignorancia que se nos pasa un dato de tanta importancia como el que nos ofreces, máxime teniendo en cuenta que es de un artista que por otro lado valoramos enormemente. De hecho, aunque teníamos algunas obras suyas repartidas por varias antologías, no contábamos con ninguna petenera. Acabo de encontrar una que se encuentra en una grabación en casette. En cuanto pueda la paso al blog corrigiendo la entrada adecuadamente, aunque de momento te envío esta contestación para agradecerte la corrección que nos aportas para mejorar la entrada. Un saludo.
EliminarEn Paterna de la Rivera aparte de El Perro de Paterna (q.e.d), hay otro cantaor muy famoso que yo se la he oído hace poco y la borda; es sumamente famoso, ultimamente estuvo la televisión, concretamente, Canal Sur, haciéndole un reportaje sobre el particular y ya digo es un fuera de serie, se llama: Rufino. Hablar de La Petenera y no nombrar a estos personajes y a otros bastantes más que hay en esta localidad es una deuda que se paga visitando este pueblo y como han dicho anteriormente quedándose a dormir en el Restaurante El Perro de Paterna, regentado por Paco, el hermano del Perro de Paterna, donde las habitaciones tienen nombre por ejemplo de: Petenera, Colombiana, Saeta. Y justo al lado de Paterna en Medina Sidonia hay un joven cantaor llamado Juanito Berrocal que también la canta bastante en sus actuaciones y de una manera muy especial.
ResponderEliminarPor otra parte diré que me ha gustado mucho esta página y comprendo el esfuerzo que han debido de hacer para recopilar tantos datos por lo que un modesto aficionado como yo le da las más sinceras gracias. Un saludo de Luciano (luquiben)
Estimados amigos:
ResponderEliminarComo comenta un lector en una entrada anterior, en este completísimo trabajo se echa en falta una petenera de El Perro de Paterna. El cantaor de Paterna, junto a algunos matices de Naranjito de Triana, ha dado lugar a una versión actual imperante en el Concurso Nacional de Cante por Peteneras de Paterna, la cual está dotada de una gran belleza (también de una gran dificultad a la hora de ejecutarla).Si queréis enlazar una petenera de El Perro de Paterna, hace poco he subido una a Youtube (con el acompañamiento de Niño de Pura). Saludos.
Muchas gracias, tremendo documento ¡¡¡SALUD!!!
ResponderEliminarGracias, José Luis. Ya lo tienes con los audios incorporados en HTML5. Espero que puedas disfrutarlos
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