LOS CANTES DE EL ZURRAQUE
Triana es considerada una de las cunas del cante, y en sus barrios gitanos se forjaron martinetes, seguiriyas y soleares caracterizados por un especial arcaísmo. Al mismo tiempo, en la parte de Triana conocida como El Zurraque, habitada por artesanos payos de diversos oficios en las márgenes del río, se han mantenido y transmitido unas formas especiales de hacer determinados cantes, conservando por un lado algunas características antiguas y por otro unas maneras especiales de hacerlos, que se han ido progresivamente diferenciando de los cantes gitanos. Estos cantes se han definido y mantenido en reuniones y peñas por parte de artistas no profesionales, artesanos payos del barrio como el Arenero o el Zapatero, cristalizando unas maneras características y claramente diferenciadas, especialmente en lo que respecta a la soleá.
Antonio El Arenero, Soleá del Zurraque. Guitarra: Jose Luis Postigo
Las polemicas surgidas acerca del papel y la importancia de los gitanos en la genesis y creación del flamenco han llevado a enjuciciamientos de valor artificiales sobre la calidad de los diferentes estilos flamencos, de forma que se ha manifestado sistemáticamente una descalificación de aquellos cantes en los que han tenido menos participación los gitanos, como los fandangos locales, los cantes de la Andalucía Oriental y, en este caso concreto, los cantes de el Zurraque enfrentados artificialmente con los cantes gitanos de Triana.
Texto de cerámica de Triana en la fachada de una
vivienda, entre las calles Castilla y Alfarería
La soleá de Zurraque ha sido catalogada como cante payo y falto de hondura, pero posee unas características que le confieren un enorme valor. Mientras que las soleares gitanas ponen un especial acento en el compás, la soleá del Zurraque se caracteriza por una línea melódica de indescriptible belleza, manteniendo la antigua costumbre de decirse "de un jipío", buscando la ligazón entre estrofas sin respirar. De hecho, también las soleares gitanas antiguas se hacían de esta manera.A continuación ponemos una muestra de soleares del Zurraque, cantadas por sus principales intérpretes, enfrentadas a soleares gitanas de Triana.
Soleá del Zurraque.
Canta: Antonio el Arenero.
Toque: Quique Paredes.
Soleá del Sordillo (Zurraque).
Canta: Marquez el Zapatero.
Soleá del Zurraque.
Canta: Marquez el Zapatero.
Soleá del Zurraque.
Canta: Antonio el Arenero.
Soleá del Zurraque.
Canta: Antonio el Arenero.
Toque: Quique Paredes.
Soleá de preparación y Soleá de Triana.
Canta: Pepe de La Matrona.
Soleá de Triana.
Canta: La Perla de Triana.
Soleá del Sordillo (Zurraque).
Canta: Marquez el Zapatero.
Soleá del Zurraque.
Canta: Marquez el Zapatero.
Soleá de Triana.
Canta: Antonio Mairena.
Soleá de Triana.
Canta: Pepe el de La Matrona.
Callejón de la Inquisición, al inicio de la C/Castilla.
Se ha indicado que muchos los interpretaron de forma incorrecta fuera de compás, pero estos estilos se ajustan perfectamente a la cuadratura de compás de la soleá. El uso equilibrado de los altos y bajos trianeros confiere a este estilo una enorme personalidad propia, pero claramente encuadrada en el estilo característico de la soleá de Triana.
Entre los principales cultivadores de estas formas especiales de hacer los cantes en Triana, hay que destacar a Ramón el Ollero, El Sordillo, Emilio Abadía, Manolo Oliver, Joaquinito Ballesteros, Niño Segundo, Emilio Abadía, El Cernícalo, Antonio el Arenero, Domingo el Alfarero y Márquez el Zapatero.
Soleá Apolá del Zurraque.
Canta: Marquez el Zapatero.
Soleá Apolá del Zurraque.
Canta: Marquez el Zapatero.
Antonio El Arenero. Soleá del Zurraque.
Soleá del Zurraque. Canta: Emilio Abadía.
Fachada de uno de los tantos talleres de cerámica y alfarería que abundaban es este
barrio del Zurraque de Triana.
Más que el aislamiento frente a la influencia de los artistas gitanos, que no fue tal, lo que sí ha resultado determinante para el mantenimiento de las formas características de hacer los cantes estos intérpretes ha sido la no profesionalización de los mismos. Todos ellos se han mantenido de sus respectivos oficios, dejando el cante para las reuniones privadas y fiestas íntimas, lo que ha contribuido al mantenimiento de las formas sin dejarse influir por la necesidad de adquirir características con mayor efectismo de cara al público.
Soleá del Fillo y Triana (Zurraque).
Canta: Naranjito de Triana.
En la actualidad, Márquez el Zapatero es el ultimo artista vivo de ese grupo de artífices de estos especiales cantes del Zurraque, lo que le convierte en un valiosísimo transmisor de unos estilos de cante que son a su vez herencia de formas antiguas y creación personal de unos intérpretes caracterizados, por encima de todo, por su gran amor al cante.
Marquez el Zapatero en una fotografía reciente.
Soleá del Zurraque.
Canta: Marquez el Zapatero.
Los artistas del Zurraque han interpretado también, obviamente, otras formas de cantar, sobre todo los cantes trianeros más típicamente gitanos. Son notables las diferencias de estilo, y si bien carecen de algunos valores clásicos del cante gitano en cuanto a rajo y compás, aportan una frescura primitiva y de sincero sentimiento.
Soleá Apolá. Márquez el Zapatero
Soleá Grande de Triana (Zurraque)
Canta: Marquez el Zapatero
Canta: Marquez el Zapatero
Antonio el Arenero, Marquez el Zapatero y El Teta. Martinete.
Del disco La Triana del Zurraque, publicada por Hispavox en 1994
aunque las grabaciones fueron hechas en 1982
Para profundizar más en este tema, os recomendamos los siguientes vídeos
Para profundizar más en este tema, os recomendamos los siguientes vídeos
entrevista a Márquez
Y en Rito y geografía del cante, están los siguientes capítulos:
Oliver de Triana
Triana
soleares 1
soleares 2
http://www.youtube.com/watch? v=X6RvE7pf1nA
Para concluir, os adjunto este texto de Antonio Delgado, publicado en
la revista Sonidos Negros.
LA TRIANA DEL ZURRAQUE.
Del por qué del Zurraque hay varias versiones, están los que creen que en aquella zona se refugiaban los delincuentes del barrio y las fuerzas del orden zurraban habitualmente de lo lindo, otros manifiestan que se le zurraba a todo el que se acercaba a la zona, están los que fantasmean diciendo que se le zurraba cantando a todo el que abría la boca. Yo personalmente y sin desechar la primera me quedo con la teoría que defiende el escritor, poeta y enorme aficionado Emilio Jiménez Díaz, el cual afirma que antiguamente los barcos cargados atracaban y descargaban las pieles que eran zurradas y comercializadas en los negocios de la zona.
También las delimitaciones son motivos de discordia, mientras algunos aficionados mantienen que el Zurraque sería toda la zona que quedaría comprendida entre los límites de las calles San Jacinto, Cava de los Civiles, Tejares, El Muro de Defensa, Castilla, Chapina, Callao, San Jorge y el Altozano, otros limitan el Zurraque al Patrocinio, Chapina, parte de Castilla, Procurador, parte de Alfarería y los tejares.
Todo hace indicar que este tipo de solea gestado en el Zurraque proviene de Ramón el Ollero, considerado como uno de los mejores soleareros no gitano, que tenía una fuerza fenomenal y de voz muy potente que hacía los cantes muy ligados, de un tirón. El cante del Zurraque es melismático, señorial, muy libre de marca, sin la jondura de otros estilos de soleares pero muy emotivas y sentimentales. Sobre ello escribe Emilio Jiménez en la contraportada del disco "La Triana del Zurraque": "Y fue en el "Zurraque" donde se fraguaron –asimilando esas lecciones de la Cava Gitana- multitud de matices que, aunque ligeramente desposeído del bendito rigor del compás, estuvieron y están plenos de melismas singularmente bellos y extraordinariamente musicales, arcaicos de formas y jugosos en cada fracción de cada tercio; tercios que, durante muchos años, se conservaron primorosamente en el habitáculo íntimo del "cuarto" y que hoy, por una fuerza sobrenatural de las raíces que lo formaron han tenido que salir –y lo han hecho con bríos- al horizonte de la afición, a los recitales de las peñas, a los festivales de la geografía, lográndose con este rescate llenar una de las parcelas más importantes y más rancias del cante de nuestros días".
Continuadores de Ramón el Ollero y artífice de que esta forma de decir el cante por solea no se perdiera manteniéndolo casi herméticamente en la intimidad del barrio fueron: Moralito que tenía un cante cortito, el Pancho con su buen bajo, el sereno Garfias, Enrique Virgil, El Cartujano, el Niño de los Moños, el Pinea, Pareja, El Colorao, el Quijá, Emilio Naranjo, el Malino, Antonio González; que cederían el testigo al Pili, Joaquín Costillares, el Pintorropo, el Quino, Wenceslao, Manolo el de los Burros, Antonio y Joaquín Ballesteros, Lorente, Pepe Casado, el Niño Segundo y los cantaores que han sabido defender a capa y espada las raíces: Emilio Abadía que gracias a sus facultades hacía el cante por arriba al contrario de todos los demás que lo interpretaban por abajo, Oliver de Triana, el más que raro Domingo el Alfarero, el Teoro y mi debilidad en este tipo de cante Antonio el Arenero del que nos extenderemos más abajo, y cerrando este póquer de ases, el bohemio Sordillo de Triana que vivía siempre al límite. De cercana generación son Márquez el Zapatero compadre del Sordillo y al que hay que agradecer que hoy se conozca parte de su cante por el resto de aficionados, el Teta y por último el más joven de todos los Zurraqueños, Paco Taranto, bendecido públicamente por Antonio el Arenero como único profesional que hace bien sus soleares el cual le imprime jondura sin perder sus estructuras. Y terminamos este paseo por los hombres (no olvidemos que el cante siempre ha tenido tintes machistas) y nombres menos conocidos por la afición como pueden ser: Manolillo el Pintor, Manuel Corchero, Manolillo la Pinta, Manolo el Portugués, Rico Cejudo, Andrés y Manolo Martínez de León, Humanes, Rafael el Foncuberta, el Fraile, el Niño del Túnel, Enrique el Carnicero, Cinco Reales, el Pintillo, Manolito de Triana… Aquí queda este leve repaso a la historia de la solea del Zurraque y a las gentes que la elaboraron, las conservaron y la difundieron para bien de la afición.
Para concluir, os adjunto este texto de Antonio Delgado, publicado en
la revista Sonidos Negros.
LA TRIANA DEL ZURRAQUE.
Del por qué del Zurraque hay varias versiones, están los que creen que en aquella zona se refugiaban los delincuentes del barrio y las fuerzas del orden zurraban habitualmente de lo lindo, otros manifiestan que se le zurraba a todo el que se acercaba a la zona, están los que fantasmean diciendo que se le zurraba cantando a todo el que abría la boca. Yo personalmente y sin desechar la primera me quedo con la teoría que defiende el escritor, poeta y enorme aficionado Emilio Jiménez Díaz, el cual afirma que antiguamente los barcos cargados atracaban y descargaban las pieles que eran zurradas y comercializadas en los negocios de la zona.
También las delimitaciones son motivos de discordia, mientras algunos aficionados mantienen que el Zurraque sería toda la zona que quedaría comprendida entre los límites de las calles San Jacinto, Cava de los Civiles, Tejares, El Muro de Defensa, Castilla, Chapina, Callao, San Jorge y el Altozano, otros limitan el Zurraque al Patrocinio, Chapina, parte de Castilla, Procurador, parte de Alfarería y los tejares.
Todo hace indicar que este tipo de solea gestado en el Zurraque proviene de Ramón el Ollero, considerado como uno de los mejores soleareros no gitano, que tenía una fuerza fenomenal y de voz muy potente que hacía los cantes muy ligados, de un tirón. El cante del Zurraque es melismático, señorial, muy libre de marca, sin la jondura de otros estilos de soleares pero muy emotivas y sentimentales. Sobre ello escribe Emilio Jiménez en la contraportada del disco "La Triana del Zurraque": "Y fue en el "Zurraque" donde se fraguaron –asimilando esas lecciones de la Cava Gitana- multitud de matices que, aunque ligeramente desposeído del bendito rigor del compás, estuvieron y están plenos de melismas singularmente bellos y extraordinariamente musicales, arcaicos de formas y jugosos en cada fracción de cada tercio; tercios que, durante muchos años, se conservaron primorosamente en el habitáculo íntimo del "cuarto" y que hoy, por una fuerza sobrenatural de las raíces que lo formaron han tenido que salir –y lo han hecho con bríos- al horizonte de la afición, a los recitales de las peñas, a los festivales de la geografía, lográndose con este rescate llenar una de las parcelas más importantes y más rancias del cante de nuestros días".
Continuadores de Ramón el Ollero y artífice de que esta forma de decir el cante por solea no se perdiera manteniéndolo casi herméticamente en la intimidad del barrio fueron: Moralito que tenía un cante cortito, el Pancho con su buen bajo, el sereno Garfias, Enrique Virgil, El Cartujano, el Niño de los Moños, el Pinea, Pareja, El Colorao, el Quijá, Emilio Naranjo, el Malino, Antonio González; que cederían el testigo al Pili, Joaquín Costillares, el Pintorropo, el Quino, Wenceslao, Manolo el de los Burros, Antonio y Joaquín Ballesteros, Lorente, Pepe Casado, el Niño Segundo y los cantaores que han sabido defender a capa y espada las raíces: Emilio Abadía que gracias a sus facultades hacía el cante por arriba al contrario de todos los demás que lo interpretaban por abajo, Oliver de Triana, el más que raro Domingo el Alfarero, el Teoro y mi debilidad en este tipo de cante Antonio el Arenero del que nos extenderemos más abajo, y cerrando este póquer de ases, el bohemio Sordillo de Triana que vivía siempre al límite. De cercana generación son Márquez el Zapatero compadre del Sordillo y al que hay que agradecer que hoy se conozca parte de su cante por el resto de aficionados, el Teta y por último el más joven de todos los Zurraqueños, Paco Taranto, bendecido públicamente por Antonio el Arenero como único profesional que hace bien sus soleares el cual le imprime jondura sin perder sus estructuras. Y terminamos este paseo por los hombres (no olvidemos que el cante siempre ha tenido tintes machistas) y nombres menos conocidos por la afición como pueden ser: Manolillo el Pintor, Manuel Corchero, Manolillo la Pinta, Manolo el Portugués, Rico Cejudo, Andrés y Manolo Martínez de León, Humanes, Rafael el Foncuberta, el Fraile, el Niño del Túnel, Enrique el Carnicero, Cinco Reales, el Pintillo, Manolito de Triana… Aquí queda este leve repaso a la historia de la solea del Zurraque y a las gentes que la elaboraron, las conservaron y la difundieron para bien de la afición.
Un gran trabajo y una aportación grande al mundo del flamenco. No me refiero a esta página, sino en general a todo el contenido de su blog. En esta entrada, tendría que hacerle un par de apuntes, si usted los considera correctos y convenientes. En la foto que usted cita como el Zurraque visto desde el puente, tengo que indicarle que el Zurraque se ha considerado popular y tradicionalmente a la acera derecha de la calle Castilla a partir de Chapina y hasta la capilla del Patrocinio, donde se venera al Cachorro. Allí, cuando yo era pequeño, había una barreduela salpicada de casitas humildes, donde se cultivaba la soleá alfarera y otros cantes de los que usted ha hecho aquí tan profusa demostración. Otra cuestión es que ha obviado a Paco Taranto, precisamente nacido en esa parte de Triana y uno de los más claros exponentes de esa soleá. Un saludo y gracias por estos trabajos que apreciamos los que amamos el flamenco.
ResponderEliminarMuchísimas gracias por sus palabras de aliento y, si, es cierto que la demarcación del Zurraque es, como bien dice, la acera derecha desde la Cuesta de Chapina y en las cercanías de la capilla del Cachorro, realmente era ese espacio frente al Cachorro, lo que se conocía como el Zurraque propiamente dicho y en su propia acepción derivada en el flamenco, con el tiempo se ha venido ampliando ese espacio, sobre todo, porque ha sido el termino donde se movían los cantaores de la última generación de cantaores payos de Triana, es decir, los conocidos hoy día como del Zurraque. Tengamos en cuenta que el mismo Marquez El Zapatero, después de su servicio militar, empezó a trabajar en una zapatería que estaba situada en la Calle Pureza, al otro lado del Altozano. Y en lo que se refiere a Paco Taranto, decirle que lleva toda la razón, y aunque no es un cantaor que pertenezca, por edad, a esa generación, si que es un cantaor considerado del Zurraque pero que hace los cantes, en mi opinión, con otro rajo, si cabe, más gitano, lo cual no es óvice para que esté incluido en este apartado, cosa que haremos en breve porque, además, servidor y Teo Garrancho (la otra persona que conmigo alimenta el blog), habíamos hablado sobre este mismo tema cuando hicimos este trabajo. Por otra parte, Taranto siempre nos ha parecido un gran cantaor. Y un saludo muy flamenco para usted y que conste que estamos abiertos a cualquier observación que en cualquiera de las entradas del blog, pueda considerar de interés. Quedamos a su disposición.
ResponderEliminarIgualmente les ofrezco cualquier cosa que les pueda aportar. Lamentablemnte, tengo poco tiempo libre, aunque me doy paseos por su blog de vez en cuando e intentaré comentarles cualquier asunto qwue me parezca de interés. Un saludo.
ResponderEliminarPor supuesto que si, amigo, siempre serán bienvenidas. Además, nuestra intención al crear este blog no es otra que compartir y complementar para mejor entender y disfrutar. Los vericuetos del flamenco son enormes y cada día descubrimos aportaciones que nos ayudan a ir definiendo conceptos y valoraciones sobre el tema. A su entera disposición y muchísimas gracias por su ofrecimiento. Un saludo muy flamenco y cordial.
ResponderEliminarVeras el colorao era padrino de bautizo de mi padre 'el chico peral' y uno de mis tíos 'el bembu'y acompañaba siempre a Juan pintora se cantiñeaban bien os sirve para que me mandéis algunas letras de las soleras que interpretaban
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